
Con la llegada de septiembre y la primavera, un importante grupo de personas (cercano a un 30%) tienden a padecer de “alergia”. Este segmento, más allá de tener “alergia a la primavera”, son sensibles al contacto con los pólenes que inundan la atmósfera desde septiembre hasta el final del verano, indiferentemente de si se trate de lugares rurales o urbanos.
En esta etapa, se puede apreciar en este grupo de personas, molestias importantes en ojos, nariz, paladar, bronquios y piel. Estas manifestaciones corresponden a una respuesta exagerada del sistema inmunológico determinada por la genética. Es vital conocer a qué se es precisamente alérgico, ya que ser sensible a los pastos no significa obligatoriamente que se es sensible a otros pólenes. También es importante resaltar que la alergia se reconoce por presentarse síntomas en este periodo de tiempo designado todos los años, dándonos a entender que no todo síntoma del aparato respiratorio se produce por alergia.
Además, es importante destacar que las alergias son más intensas en niños y adultos jóvenes, con una tendencia a decrecer con el paso de los años y que el desarrollo de estas afecciones se encuentra estrechamente ligado a los hábitos de vida de una persona, así como residir en ciudades industrializadas. La contaminación del aire, el tabaquismo y las infecciones en la infancia predisponen a la persona genéticamente susceptibles a desarrollar la enfermedad. También contribuyen los aditivos de los alimentos procesados y las proteínas de leche de vaca.
Aunque como hemos visto, las alergias están determinadas por la interacción entre medio ambiente y genética, podemos intervenir en su evolución mejorando la calidad de vida de quienes la padecen, ya que, si bien no podemos cambiar la herencia, podemos prevenir y tratar eficientemente esta patología.
Desde el día cero de vida comienza el proceso de prevención de esta afección. Te dejamos las siguientes recomendaciones:
- Proveer al niño de aire lo más libre posible de contaminantes especialmente tabaco y estufas de combustión.
- Preferir alimentos en su forma más natural y menos elaborada.
- Limitar el consumo de bebidas de fantasía, caramelos, entre otros.
- En caso de haber mascotas, de preferencia dejarlas fuera del dormitorio e idealmente de la casa.
Las personas con alergias saben cuándo empezarán a presentar síntomas, y sugerimos partir con los tratamientos establecidos antes de estar con “todas” las molestias.
Por último, dejamos una lista de recomendaciones para esta primavera:
- Cerrar las ventanas después del aseo, especialmente del dormitorio.
- Conducir con las ventanas del vehículo cerradas y el aire acondicionado en recirculación.
- Evitar ir a parques, plazas, cerros o lugares con mucha vegetación en octubre y noviembre.
- Cambiarse de ropa en un recinto que no sea el dormitorio y dejar sus zapatos en la puerta de entrada.
- Cepillarse bien el cabello para arrastrar fuera las partículas polínicas
- No exponerse a humos ni irritantes.
- No copiar recetas de otras personas.